jueves, 28 de marzo de 2013

MAPA ESTRATÉGICO PARA EL ABORDAJE PSICOLÓGICO DEL SER HUMANO

MAPA ESTRATÉGICO PARA EL ABORDAJE PSICOLÓGICO DEL SER HUMANO


Escrito por:
Jairo David Garcés
Estudiante Psicología FUNLAM


En el proceso de formación como psicólogos, se nos ha enseñado a comprender  la psicología como una ciencia divida en paradigmas, dos de ellos más generales, epistemológicamente distantes y con métodos de intervención y de abordar el conocimiento de “lo humano” que difieren de forma abismal.

Por un lado nos encontramos con un paradigma netamente científico, que busca abordar el conocimiento del hombre a partir de la observación de los fenómenos reales y cuantificables de la experiencia humana (I. Pavlov)

En contraposición al paradigma científico se encuentra otro paradigma de corte analítico, que centra sus esfuerzos en la comprensión de fenómenos profundos y subjetivos de la experiencia humana, donde el método científico pierde relevancia en relación a la interpretación subjetiva de las experiencias de los individuos y da validez a la introspección como forma de conocer la intimidad espiritual de los hombres.

La psicología debe tener como misión la lucha por evitar la supremacía de alguno de estos dos paradigmas, el predominio de uno sobre el otro llevaría a la psicología a un extremo peligroso para la búsqueda del conocimiento del ser humano.

El ser humano es integral, una integridad conformada por varios aspectos que lo definen no solo como ser humano, sino como un ser único e irrepetible (Viktor E. Frankl). En primer lugar el factor biológico, la evolución filogenética de la raza humana, lo separa fisiológicamente de las demás especies con las que comparte el planeta. Sumado a esto el desarrollo ontogénico que le brinda unas características físicas particulares que lo definen. El segundo factor es la capacidad psíquica del hombre, el desarrollo de las capacidades de los procesos cognitivos que le permiten aprehender el medio.

El hombre es un ser que desde su gestación es incluido en un mundo social, con condiciones culturales variables, y estrechamente interrelacionado. Entonces el hombre es un ser social, que sobrevive y se desarrolla en consecuencia con las relaciones que establece desde su nacimiento, y aquellas que seguirá formando a lo largo de su desarrollo.

El último factor es su espiritualidad (Viktor Emil Frankl), ese aspecto que da al hombre una particularidad, que lo hace irrepetible e irremplazable en el mundo, que le da sentido y valor a su existencia, que mueve al hombre a vivir la vida en la lucha por el cumplimiento de un sentido que la llena de significado.

El hombre es entonces un ser bio-psico-socio-espiritual (Viktor Emil Frankl), para poder comprender la amplia gama de fenómenos que éste abarca, la investigación psicológica debe ampliarse y complementarse, debido a que la profundización en solo uno o algunos de estos aspectos no lograría abarcar esa totalidad, y conoceríamos solo una porción del tema que nos compete: el hombre.

Es lo que le da validez a la existencia de esos dos paradigmas que constituyen la psicología, la investigación debe fundamentarse constantemente en estas dos vertientes, una en alto grado científica y otra primordialmente interpretativa.

La comprensión netamente analítica de los fenómenos globales de la existencia humana conlleva a la idealización del hombre, el cual no debe ser desvinculado de todos aquellos factores biológicos y ambientales que determinan su posición en el mundo. El otro extremo, el abordaje exclusivamente científico de la condición de existencia del ser humano, despersonaliza al hombre y lo desliga de una situación particular de desarrollo que conlleva a la clasificación conjunta de los hombres, cuando cada ser humano es una realidad subjetiva distinta, aún cuando están correlacionados por circunstancias fisiológicas y ambientales iguales o altamente similares.

Por lo tanto debemos visionar la psicología en un punto de equilibrio entre ambas vertientes, integradas a partir de sus diferencias, para permitir ampliar el estudio del hombre y permitirnos una comprensión global de los fenómenos inherentes a la condición humana. La conjugación del conocimiento que permite el análisis científico de los fenómenos, con aquel conocimiento que nos brinda el análisis interpretativo de los componentes subjetivos del hombre.

El ser humano visto como un animal, con comportamientos, conductas y procesos de carácter psico-físico, cimentados en aspectos mecánicos del organismo que se fundamentan en el funcionamiento del sistema nervioso; pero el ser humano, también, como un ser particular, con un aspecto espiritual que le permite definirse como un ser individual, único, que vive la vida con sentido, con un propósito en su existencia mas especial que la simple prolongación de la especie. El ser humano como un animal que busca trascender.


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lunes, 25 de marzo de 2013

Ensayo: Genes, ambiente y conducta



GENES, AMBIENTE Y CONDUCTA

Jairo David Garcés Lozano
Estudiante Psicología FUNLAM


El ser humano nace y se desarrolla biológicamente por efecto de una carga genética heredada que lo dota de unas cualidades filogenéticas características de la especie humana, hereda unas cualidades bioquímicas, morfológicas y fisiológicas bajo las cuales se relaciona con el medio circundante y con sus pares (E. R., Kandel, et al, 2001).

Está carga genética tiene una relación directa con la conducta que presenta cada individuo, la forma en que fluya la dinámica genética influirá en el modo de relacionarse con el medio. Se han realizado gran variedad de experimentos genéticos y han dado como resultado relaciones entre algunos genes y su influencia en conductas específicas. Por ejemplo, experimentos con moscas de la fruta dan muestra de que mutaciones de genes individuales afectan conductas aprendidas e innatas como el cortejo o los ritmos circadianos (E. R., Kandel, et al, 2001).

Aún así debemos entender el arcoíris genético como un factor con influencia en la conducta del ser humano, más no siempre como un determinante de la misma. La carga genética funciona en doble vía, en primer lugar dota a cada individuo de unas características evolutivas particulares desde las cuales desarrollarse, pero de igual forma esa carga genética se ve modificada, por lo menos en su expresión, por las exigencias del ambiente, que exigen al organismo evolucionar para adaptarse.

Existen condiciones genéticas especiales que determinan las posibilidades de desarrollo de las personas, ante las cuales el individuo se encuentra limitado a una condición física o cognitiva discapacitante. Puede heredar un defecto que conlleve un déficit cognitivo en un grado elevado. No encontramos adecuado considerar las limitaciones motoras como discapacidades en el sentido de que desvalorizan la capacidad de desarrollo del individuo, pues una persona con capacidades cognitivas en un nivel funcional puede encontrar los medios para suplir la ausencia motora y desenvolverse en el medio.

Aparte de estas situaciones de discapacidad cognitiva en alto grado, el contenido genético no resulta un determinante absoluto de las posibilidades de vida y desarrollo de una persona, aún en condiciones diferentes, cada persona puede encontrar sentido en su vida y vivirla cargada de sentido, felicidad y éxito, en relación con sus posibilidades. Ejemplo de esto, son las olimpiadas especiales, en ellas podemos ver como personas con síndrome de down, logran resignificar su vida, luchar por metas y desarrollarse en un ambiente adecuado para su situación de existencia particular.

Las experiencias de vida de cada ser humano, determinarán el papel que cumplirán esos genes en su propia vida. Una mutación genética no es necesariamente impedimento para que el hombre trascienda, y de sentido a su existencia, aún en condiciones desfavorables un hombre con voluntad puede adaptarse para sobrevivir, y aún más encontrar un sentido para vivir (Viktor Emil Frankl, 1946).

Un hombre genéticamente favorecido, no es necesariamente un hombre feliz, no es un hombre productivo, ni un hombre que disfruta vivir su vida, solo lo será si le da sentido a esta, si se propone metas y lucha mínimamente por aquellas cosas que lo hacen feliz y llenan su espíritu; de igual forma, aquellos quienes la naturaleza dotó de unas condiciones particulares, pueden encontrar en esas condiciones la forma de luchar por alimentar esa necesidad de su espíritu de trascender y ser felices.

Desde la psicología, ciencia que nos compete, podemos desde nuestro conocimiento y nuestro constante aprendizaje permitir a estas personas que viven bajo circunstancias especiales determinadas por alteraciones en su composición genética, generar herramientas de afrontamiento adecuadas para sobrellevar sus dificultades físicas, cognitivas y sociales, para que puedan llenar de sentido su existencia y vivir con plenitud y felicidad.

En conclusión, los genes con los cuales nos dota la naturaleza van a determinar nuestro potencial de desarrollo, nuestras condiciones particulares de existencia, pero no son los determinantes de la existencia del hombre, aunque el organismo esté determinado y nos preceda, somos nosotros quienes disponemos de eso que tenemos para conseguir trascender. Los seres humanos somos una integridad variada y compleja que hace de nuestra conducta algo difícilmente predecible, es precisamente esa dinámica entre genotipo y ambiente la que determina las condiciones de la vida del individuo, pero la vida del hombre, la determina el mismo.


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