GENES,
AMBIENTE Y CONDUCTA
Jairo David Garcés Lozano
Estudiante Psicología FUNLAM
El ser humano nace y se
desarrolla biológicamente por efecto de una carga genética heredada que lo dota
de unas cualidades filogenéticas características de la especie humana, hereda
unas cualidades bioquímicas, morfológicas y fisiológicas bajo las cuales se
relaciona con el medio circundante y con sus pares (E. R., Kandel, et al,
2001).
Está
carga genética tiene una relación directa con la conducta que presenta cada
individuo, la forma en que fluya la dinámica genética influirá en el modo de
relacionarse con el medio. Se han realizado gran variedad de experimentos
genéticos y han dado como resultado relaciones entre algunos genes y su
influencia en conductas específicas. Por ejemplo, experimentos con moscas de la
fruta dan muestra de que mutaciones de genes individuales afectan conductas
aprendidas e innatas como el cortejo o los ritmos circadianos (E. R., Kandel, et al, 2001).
Aún
así debemos entender el arcoíris genético como un factor con influencia en la
conducta del ser humano, más no siempre como un determinante de la misma. La
carga genética funciona en doble vía, en primer lugar dota a cada individuo de
unas características evolutivas particulares desde las cuales desarrollarse,
pero de igual forma esa carga genética se ve modificada, por lo menos en su
expresión, por las exigencias del ambiente, que exigen al organismo evolucionar
para adaptarse.
Existen
condiciones genéticas especiales que determinan las posibilidades de desarrollo
de las personas, ante las cuales el individuo se encuentra limitado a una
condición física o cognitiva discapacitante. Puede heredar un defecto que
conlleve un déficit cognitivo en un grado elevado. No encontramos adecuado
considerar las limitaciones motoras como discapacidades en el sentido de que
desvalorizan la capacidad de desarrollo del individuo, pues una persona con
capacidades cognitivas en un nivel funcional puede encontrar los medios para
suplir la ausencia motora y desenvolverse en el medio.
Aparte
de estas situaciones de discapacidad cognitiva en alto grado, el contenido
genético no resulta un determinante absoluto de las posibilidades de vida y
desarrollo de una persona, aún en condiciones diferentes, cada persona puede
encontrar sentido en su vida y vivirla cargada de sentido, felicidad y éxito,
en relación con sus posibilidades. Ejemplo de esto, son las olimpiadas
especiales, en ellas podemos ver como personas con síndrome de down, logran
resignificar su vida, luchar por metas y desarrollarse en un ambiente adecuado
para su situación de existencia particular.
Las
experiencias de vida de cada ser humano, determinarán el papel que cumplirán
esos genes en su propia vida. Una mutación genética no es necesariamente
impedimento para que el hombre trascienda, y de sentido a su existencia, aún en
condiciones desfavorables un hombre con voluntad puede adaptarse para
sobrevivir, y aún más encontrar un sentido para vivir (Viktor Emil Frankl, 1946).
Un
hombre genéticamente favorecido, no es necesariamente un hombre feliz, no es un
hombre productivo, ni un hombre que disfruta vivir su vida, solo lo será si le
da sentido a esta, si se propone metas y lucha mínimamente por aquellas cosas
que lo hacen feliz y llenan su espíritu; de igual forma, aquellos quienes la
naturaleza dotó de unas condiciones particulares, pueden encontrar en esas
condiciones la forma de luchar por alimentar esa necesidad de su espíritu de
trascender y ser felices.
Desde
la psicología, ciencia que nos compete, podemos desde nuestro conocimiento y
nuestro constante aprendizaje permitir a estas personas que viven bajo
circunstancias especiales determinadas por alteraciones en su composición
genética, generar herramientas de afrontamiento adecuadas para sobrellevar sus
dificultades físicas, cognitivas y sociales, para que puedan llenar de sentido
su existencia y vivir con plenitud y felicidad.
En
conclusión, los genes con los cuales nos dota la naturaleza van a determinar
nuestro potencial de desarrollo, nuestras condiciones particulares de
existencia, pero no son los determinantes de la existencia del hombre, aunque
el organismo esté determinado y nos preceda, somos nosotros quienes disponemos
de eso que tenemos para conseguir trascender. Los seres humanos somos una
integridad variada y compleja que hace de nuestra conducta algo difícilmente
predecible, es precisamente esa dinámica entre genotipo y ambiente la que
determina las condiciones de la vida del individuo, pero la vida del hombre, la
determina el mismo.
Twitter: @jairogarcesl
Facebook: /garcesjairo
Twitter: @jairogarcesl
Facebook: /garcesjairo
No hay comentarios:
Publicar un comentario