lunes, 25 de marzo de 2013

Ensayo: Genes, ambiente y conducta



GENES, AMBIENTE Y CONDUCTA

Jairo David Garcés Lozano
Estudiante Psicología FUNLAM


El ser humano nace y se desarrolla biológicamente por efecto de una carga genética heredada que lo dota de unas cualidades filogenéticas características de la especie humana, hereda unas cualidades bioquímicas, morfológicas y fisiológicas bajo las cuales se relaciona con el medio circundante y con sus pares (E. R., Kandel, et al, 2001).

Está carga genética tiene una relación directa con la conducta que presenta cada individuo, la forma en que fluya la dinámica genética influirá en el modo de relacionarse con el medio. Se han realizado gran variedad de experimentos genéticos y han dado como resultado relaciones entre algunos genes y su influencia en conductas específicas. Por ejemplo, experimentos con moscas de la fruta dan muestra de que mutaciones de genes individuales afectan conductas aprendidas e innatas como el cortejo o los ritmos circadianos (E. R., Kandel, et al, 2001).

Aún así debemos entender el arcoíris genético como un factor con influencia en la conducta del ser humano, más no siempre como un determinante de la misma. La carga genética funciona en doble vía, en primer lugar dota a cada individuo de unas características evolutivas particulares desde las cuales desarrollarse, pero de igual forma esa carga genética se ve modificada, por lo menos en su expresión, por las exigencias del ambiente, que exigen al organismo evolucionar para adaptarse.

Existen condiciones genéticas especiales que determinan las posibilidades de desarrollo de las personas, ante las cuales el individuo se encuentra limitado a una condición física o cognitiva discapacitante. Puede heredar un defecto que conlleve un déficit cognitivo en un grado elevado. No encontramos adecuado considerar las limitaciones motoras como discapacidades en el sentido de que desvalorizan la capacidad de desarrollo del individuo, pues una persona con capacidades cognitivas en un nivel funcional puede encontrar los medios para suplir la ausencia motora y desenvolverse en el medio.

Aparte de estas situaciones de discapacidad cognitiva en alto grado, el contenido genético no resulta un determinante absoluto de las posibilidades de vida y desarrollo de una persona, aún en condiciones diferentes, cada persona puede encontrar sentido en su vida y vivirla cargada de sentido, felicidad y éxito, en relación con sus posibilidades. Ejemplo de esto, son las olimpiadas especiales, en ellas podemos ver como personas con síndrome de down, logran resignificar su vida, luchar por metas y desarrollarse en un ambiente adecuado para su situación de existencia particular.

Las experiencias de vida de cada ser humano, determinarán el papel que cumplirán esos genes en su propia vida. Una mutación genética no es necesariamente impedimento para que el hombre trascienda, y de sentido a su existencia, aún en condiciones desfavorables un hombre con voluntad puede adaptarse para sobrevivir, y aún más encontrar un sentido para vivir (Viktor Emil Frankl, 1946).

Un hombre genéticamente favorecido, no es necesariamente un hombre feliz, no es un hombre productivo, ni un hombre que disfruta vivir su vida, solo lo será si le da sentido a esta, si se propone metas y lucha mínimamente por aquellas cosas que lo hacen feliz y llenan su espíritu; de igual forma, aquellos quienes la naturaleza dotó de unas condiciones particulares, pueden encontrar en esas condiciones la forma de luchar por alimentar esa necesidad de su espíritu de trascender y ser felices.

Desde la psicología, ciencia que nos compete, podemos desde nuestro conocimiento y nuestro constante aprendizaje permitir a estas personas que viven bajo circunstancias especiales determinadas por alteraciones en su composición genética, generar herramientas de afrontamiento adecuadas para sobrellevar sus dificultades físicas, cognitivas y sociales, para que puedan llenar de sentido su existencia y vivir con plenitud y felicidad.

En conclusión, los genes con los cuales nos dota la naturaleza van a determinar nuestro potencial de desarrollo, nuestras condiciones particulares de existencia, pero no son los determinantes de la existencia del hombre, aunque el organismo esté determinado y nos preceda, somos nosotros quienes disponemos de eso que tenemos para conseguir trascender. Los seres humanos somos una integridad variada y compleja que hace de nuestra conducta algo difícilmente predecible, es precisamente esa dinámica entre genotipo y ambiente la que determina las condiciones de la vida del individuo, pero la vida del hombre, la determina el mismo.


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